Una de las primeras cosas que
recuerdo que reflexioné al morir Cora es que, por muchos hijos más que tuviera,
nunca jamás, tendría una foto completa de familia. Ese pensamiento me punzaba
el alma. Era una cosa material, sí, lo sabía, pero me provocaba un tremendo
dolor.
Al poco tiempo conocí a Norma
Grau (www.normagrau.com), fotógrafa
comprometida con su objetivo y con las familias huérfanas. Supe que tenía un proyecto llamado Stillbirth en el que,
desinteresadamente, hacia fotografías especiales para familias especiales.
En aquel momento no tenía
fuerzas ni energía para inmortalizar el momento en que mi vida se paró. Y seguí su trayectoria desde la recámara.

Llevamos las cositas más
preciadas de mi nena, y así, los 4 juntos, inmortalizamos el momento en el que
la vida nos volvía a sonreir.
Pasó el tiempo y Stillbirth
tuvo un hermanito, llamado 2.0, al que hemos visto nacer y estamos más que
orgullosos de haber podido formar parte, con nuestra imagen, de su silueta.
Stillbirth desprende amor y
rabia, ternura y desgarro, silencio y berridos.
Es un proyecto que le da la voz
que se nos quiebra al vivir la muerte de un hijo. Es un proyecto que tiene la fuerza de un
huracán y la valentía de una manada de leones. Es un proyecto que sólo con
existir, apacigua el corazón roto de cualquier madre huérfana.
Stillbirth es capaz de romper el silencio.
Gracias, Norma. Gracias por tu
sencillez, calidad y compromiso. Por tu fuerza, tu inquietud y tu mirada. Gracias
por tu implicación, dedicación y respeto. Gracias porque a través de tu
objetivo llegaremos a muchos más ojos.
Un placer encontrarte en el
camino.
Por muchas fotos más.
Me callo, porque tus palabras lo dicen TODO!...
ResponderEliminarMe quito el sombrero!
Besos más allá de donde los ojos pueden ver!
Un beso.