lunes, 25 de noviembre de 2013

Llibert

Llibert  nace para morir. Como lo hacemos todos.
Él, a diferencia de la mayoría, concentra su vida extrauterina en solo 15 días. 2 semanas de amor, espera y agonía. Sus papás, que lo aman por encima de todo, se topan con la más difícil de las decisiones para unos padres: escoger entre la vida o la muerte de su hijo.


Esta historia es una de tantas que sucede en el día a día de cualquier hospital con UCI de Neonatos. Donde tantas familias luchan esperanzadas por darles a sus hijos un futuro digno de vivir.

Desde que empezó la función hasta que acabó, brotaron generosamente lágrimas de mis ojos. Me invadió una mezcla de identificación, dolor y brutalidad que me transportó a mi momento fatal. Ese en el que se me comunicaba que la muerte de Cora, como todas las muertes, era irreversible.

Desde hace un tiempo la palabra valentía (en todas sus formas posibles) la uso cuando de verdad la ocasión lo requiere. Y ésta es una de ellas.
Mi mayor admiración para estos papás, que abren de par en par las puertas de su corazón para explicarle al mundo qué significa la muerte de un hijo con casi todos los detalles.
Digo casi todos, porque todos, es imposible recogerlos.
Esa montaña rusa de emociones que sabes dónde empieza pero no dónde acaba. Las idas y venidas. Los diagnósticos inentendibles de bocas con ojos. El papeleo al que siempre le falta un sello. La vida frenética de fuera que no se detiene. Las salas de esperas eternas… Y todo ese submundo en el que vives cuando la vida de tu hijo se acerca a la muerte.

Me parece un acto tan generoso el de estos papás… No sé si son conscientes de la ayuda que nos están brindando al resto de familias que hemos sufrido, y a los que sufrirán, al vivir la muerte de su bebé.
Cada persona a la que lleguen será una más. Una más que va escuchar lo que tiene que gritar una mamá en duelo perinatal.
Esta obra grita verdades y no calla silencios.
Mata al miedo y vence a la vida.
Canta milagros y sueña en directo.

Llibert nace para morir y poder así (haciendo honor a su nombre) ser libre.

Gracias por hacerlo visible, posible y entendible.


viernes, 22 de noviembre de 2013

Día Unviversal de los Derechos de los Niñ@s

El 20 de Noviembre se celebra el Día Mundial del Derecho de los Niños y Niñas.
Os comparto una bella imagen que recoge los derechos de los que deberian disfrutar los más pequeños cuando hablamos de muerte y duelo.


Gracias a los compañeros de Ayuda en el Duelo (www.ayudaenduelo.com), y de Artmemori (www.artmemori.com) por la imagen.
Os la he tomado prestada.  ;)

jueves, 21 de noviembre de 2013

SORTEO Calendario 2014

Me apetecía hacer un sorteo. ¿Por qué? Porque sí. Así, sin más. Lo he preparado con mucha ilusión y con mucho amor, así que espero que os guste.
Lo mejor de los sorteos son los regalos. Éste no es un regalo que vale millones, pero es bien práctico y desprende buen rollo y felicidad. He ilustrado un calendario del 2014 con imágenes bonitas y frases positivas para convertir una pared simple en un rincón donde concentrar tus planes y propósitos del 2014.
·        ¿QUIÉN PUEDE PARTICIPAR?
Todo aquel al que le apetezca.
·        ¿CÓMO?
Bien fácil. Solo hay 3 requisitos: Pincha aquí (entrarás en Facebook y podrás apuntarte)
- Ser fan de la página. Si aún no lo eres, ¿a qué esperas? Dale al “me gusta” y listo, ya eres fan.
- Comparte el sorteo en tu muro (dale a la pestañita “compartir” de arriba. Hazlo de manera pública para que pueda ver, si resultas ganador, que cumples el requisito).
- Participa en el evento del sorteo. Confirmando que “asistirás”. (A cada participante le asignaré un número, por orden de participación).
(Si además quieres compartir mi  página, invitar a tus amigos, o contarle al mundo entero que sorteo un calendario, pues estaré encantada. No es un requisito, pero la difusión siempre es bienvenida).
·        ¿CUÁNDO?
Puedes concursar desde hoy mismo hasta el día 1 de diciembre de 2013.
Publicaré el ganador el lunes 2 de diciembre, en Facebook.

El sorteo lo realizaré mediante la web Sortea2. Introduciré todos los números participantes y el azar decidirá el afortunado.
Si resultas ganador, debes enviarme un correo a duelocondoula@gmail.com, con tus datos y dirección completa para que pueda hacerte llegar el premio.

¡¡Mucha suerte a tod@s!!

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Tu globo.

Estos días Post-Diada (de Petits amb Llum), he recibido varios correos de mamás agradecidas que me escriben para contarme cómo vivieron la celebración del pasado sábado 19 de octubre.
Me ha llamado la atención  que más de una me explica que les pasó una cosa curiosa con su globo.

Para los que no sabéis de que va, os hago un breve resumen. Desde hace 3 años, en la Asociación Petits amb llum celebramos una jornada en memoria de todos los bebés fallecidos antes o al poquito de nacer.  Uno de los momentos más emotivos del acto es una suelta de globos que lanza cada persona que asiste y que tiene a su retoño acunado en una nube.

Cada globo lleva su estrella. Una estrella que aguarda ser rellenada con un mensaje que irá directo al cielo. A los papás nos gusta imaginarnos que todos los petits esperan con impaciencia a que llegue el suyo para leer su mensaje y, luego, jugar con él.

El primer año que participé hacía apenas 8 meses desde el inicio del viaje de mi nena, y ese globo, para mí, cobró un significado tan especial que soltarlo se me hacía imposible.
Sin querer me fusioné con él y sentía que ese globo era mi Cora. En el momento del lanzamiento no podía, no quería, dejarlo ir.
Los demás compañeros voladores, habían emprendido su viaje al infinito mientras que el mío aguardaba paciente en mi mano.
Me decido al fin. Lo suelto. Espero que se alce y se pierda ante mis ojos en la entrante noche. Para mi sorpresa, no vuela, se desplaza de lado a ran de suelo. ¿Por qué? ¿A dónde no va?
Se queda. Lo cojo, lo vuelvo a intentar…
Nada… no quiere volar.
Lo abrazo entre mis manos. Lo miro. Con la mayor de las ternuras le hablo: Cora, has de irte. No puedes quedarte aquí más. Cariño, ahora tienes que volar. Eres libre.
Y como si le hubiera otorgado la virtud del vuelo, voló.


Para mí, ese globo significaba mucho más que una esfera de látex con helio atrapado.
En ese globo iban todas mis ilusiones, mi amor y gran parte de mi maternidad. Con él se iba un trocito de dolor, de lágrimas, de temor. Lanzaba a volar mi mayor logro y mi mayor derrota. Con ese globo se iba un trocito de ti, Cora, y se iba hacia el lugar donde elegiste estar.

Estos correos recibidos estos días, de mamás que me cuentan anécdotas similares con sus globos, me han hecho recordar lo importante que fue para mí esa despedida. Siempre explico que esa magnífica celebración fue el funeral que Cora nunca tuvo, y despedirla como se merecía me dio la liberación que necesitaba para adentrarme en la aventura de volver a ser mamá.

Al mes siguiente, mi intuición se alertaba de que el amor volvía a latir dentro de mío. Todo mi cuerpo se entregaba a la naturaleza y éste empezó su impecable tarea de crear a vida.

Con tu globo fui capaz de ponerte un punto y aparte en mi día a día. Un espacio que me hacía sentir la distancia justa para poder volver a sonreír sin culpa y vivir sin miedo. Un final que te puse para empezar un nuevo principio.
Este final no es el olvido, es el recuerdo. Ese recuerdo por y para siempre. Ese guiño permanente entre tú y yo. Entre la vida y la muerte.

Te prometo un globo cada año, y una sonrisa cada día. Cada cosa bonita que hago, te la dedico.
Y es que tú, mi petita, has sido mi principio sin fin.






Fotografías 2 y 3 de Norma Grau.